
Comprueba lo que sabes
Desordena tu orgullo,
Pedí tu teléfono y lo perdí
Ya no me lo quisieron dar.
Traga tu ansiolítico
No hay agua potable.
Tuve, plena libertad cuando nací,
Y mi momento incubadora
Fue mi punto álgido,
Por suerte, la familia creció.
Yo dejé los espejos y los retrovisores
Erguí la mirada sin mirar a nadie…
Seguí caminando sin tocar el suelo.
Doblé las esquinas donde me apetecía el azar
Llegué, a una de las ciudades invisibles
De Calvino, “La ciudad de los visitantes”
Donde el ser desconocido es el Ser supremo.
Enfermé de salud y de no saber estar por encima,
En un descuido escapé de la ambulancia
Y retomé sin pasado mi vida normal…
(que nadie entendía).
1 comentario:
Como no podía ser de otra manera, amigo mio, no hay versos que lo representen mejor, como estos.
Es realmente una suerte haberle conocido y contar con su pluma y sus amigdalas.
Y tenga presente, (como ya bien sabe), a los triufaPerdores de la noche, (-que no somos pocos), y que siempre estamos dispuestos a naufragar.
Un abrazo
Publicar un comentario