22 julio 2007


Faro hundido por los barcos naufragados
Como besos que no has dado como sangre
Del corazón hendido por tu sonora ausencia,
De llanto y el eco del pensamiento del que no salgo.
Boca de luciérnaga, tabú del esperanto
Porque ya no te escucho si no nos hablamos
Si nos vemos aún y esquivamos las miradas
Que nada se callan si no dicen nada más que nada y menos.
Se nos cala el coche en mitad del cruce
Y el tiempo es un camión que hace sonar su claxon…
Y no avisa y es traidor, perdimos esa apuesta al blanco y negro.
Miro el mar desde el avión aunque me siento en tierra
Esperando que aparezcas a la vuelta de la esquina
O quizás en ella, mala bruja. (con cariño).

Tú mismo

Volverán a las calles otrora caminos, mañana quién sabe... el vértigo de estarse quietos, cuando el mundo que gira te ponga en aprietos...