28 junio 2006

Tú en el mar, yo en el cielo (¿O mejor en el infierno?)




...

Tu nombre hace eco cada día en mi cabeza
que siempre está de obras en otra ciudad invisible*
y a veces vuelve a ti, vuelvo a repetir
el curso donde nunca aparecía en la lista.

De noche se me sigue haciendo tarde
me chirrío cuando me acuesto sin escribirte
admito que no tengo temor al fracaso
me da más miedo que te involucres en mí.

Aún así prefieres hechos a empaparte de palabras
aún así nunca hice nada, solo esperé la corriente
pero el río estaba seco y nunca llueve lo preciso
para que sea suficiente una densa gota de mi alma.

Una gota de lágrima que se suicida sin avisar
por un recuerdo en aquel abrazo en el que no me suelto
aún, sigo tan nervioso y tieso como el cable de acero
que eras, que te rompías para desgarrarme suavemente.

Porque siempre fuiste talco, también pétalo cortante.

....

Ciudad Invisible: guiño a "Las ciudades invisibles", obra de arte e imaginación selecta de Italo Calvino

No hay comentarios:

Tú mismo

Volverán a las calles otrora caminos, mañana quién sabe... el vértigo de estarse quietos, cuando el mundo que gira te ponga en aprietos...