
No es el fin de la Humanidad, somos animales en un mundo de animales... en el que sin compasión nos devoramos los unos a los otros, somos los más odiados de la historia, somos los enfermos sin voluntad, somos los epicúreos desterrados de la vida infectada de ignorancia y desplante trivial, somos la neurona neutra, somos los que pisamos el suelo recién fregado, somos los parados más trabajadores, somos ante todo la escoria que hace crecer los fabulosos manjares que ofrece la tierra.
No somos nadie, no somos ni una pizca de originalidad, no somos dos en la guerra de almohadas, no somos dos en camas separadas, no somos ya los que jugábamos al corro... ¡no somos chulos ni nada, eh!, no somos sino un maquillaje en exceso, somos los cazadores que compran la piel del oso, y sobre todo no somos amigos, ya no somos ni enemigos.
Somos hastío, somos simbólicos personajes en la cabeza de Rimbaud, somos el abandono del barco con su vela rasgada y su barniz levantado, somos salmones metidos en un buen tomate, somos los putos locos, somos los trapecistas que entrenan sin red y sin embargo nos pescan.
Antes de todo fuimos un corazón partido en dos porque nos bastó un cacho y el otro lo regalamos, y ahora... somos los dedicados a las dedicatorias, somos el beso que nadie te dio y tanto esperaste, somos el hombro para empezar y dejar de llorar, somos ofrenda de flores sin ser santos ni vírgenes, somos el agua de tu incendio, el cuerpo que abrazar con fuerza, somos los
putos monos erguidos, somos levedad soportable, somos tenencia a la pata coja, somos el brindis por poder brindar... porque no somos nada.