23 julio 2010

El perro de presa

Lo que el tiempo no da

lo que las palabras quieren;

basta tu mirada para hacerme sentir bien

y una sonrisa para abandonar el infierno,

el resto de stock acumulando polvo

en una estantería de una tienda que quebró.

Volver a saber del amanecer

y no correr más...

delante del perro de presa,

porque es verdad que esta vez

los golpes duelen,

y aún podré soportar que quizás

no llegue a cumplir mi sueño...

de hacerte volar.

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Tú mismo

Volverán a las calles otrora caminos, mañana quién sabe... el vértigo de estarse quietos, cuando el mundo que gira te ponga en aprietos...