14 mayo 2009

San Antonio

Ésa es la canción!, la del patrón de los perdidos, aunque esta vez San Antonio Junio 13 no llegó. Diez años después! de la muerte de Enrique Urquijo, Antonio Vega nos dejó. Ya estarán cantando Desordenada habitación o Agárrate a mí María.

Sólo vi dos conciertos suyos, pero recuerdo el impresionante respeto y silencio que se le guardaba cuando iba a empezar a tocar. Nunca vi cosa igual en la sala Clamores. Y la fragilidad, y lo tremendo guitarrista que era... para sacar casi notas inalcanzables de piano.

Y recordé que después de uno de esos conciertos escribí algo en éste mismo blog, el 18 de junio de 2006, prácticamente al empezar. Y aquí lo dejo.



"Se ha escrito mucho y a veces se ha leído demasiado sobre Antonio Vega. Anoche le vimos, ajeno a la multitud, impasible pero emocionado al recordar quizá los palos del camino. Un poeta a la vieja usanza, preocupado exclusivamente por contar lo que siente en su mundo. Muchos fueron los malditos... Los incomprendidos forman parte de el atajo de los tardones (Rimbaud, Baudelaire, Modligiani, Van Gogh, etc); otros como Dalí y Dylan quedan fuera de esta selección porque Dalí sería el "presi" por loco sobrio y Dylan el "mister" por influencias, carrera y por sabio. Algunos vivieron más, pero no más de una vida, se dejaron el pellejo en cada trozo de arte, fueron rechazados en su momento pero se dieron la tremenda satisfacción de morir con las botas puestas, de ser fieles a sus principios notables, en protesta a la mierda de afuera. Muchos fueron famosos tras su muerte, muertes precoces a priori, muertes por mero aburrimiento que ya no soportaban, entonces, se dedicaron a su obra y le dieron prioridad absoluta, abandonaron su vida, creyendo que era el proceso normal de un genio, y así es, su obra perdurará. Lo bueno de Antonio es, que es de piedra ante las masas, te dice las cosas y te llegan como si fuera un cantaor de flamenco y aunque sin garra, también te golpean adentro. Parece que no sea tan tímido sino que su manera de interpretar es contundente y desesperada al entregar su alma a los cuatro vientos, a cualquier desconocido entre el público. Es genuina la fragilidad con la que escribe Don Antonio, la cara es el reflejo del alma. Se trata de un ser que está por encima del resto como puede estarlo Leonard Cohen que se refugió en un monasterio budista cansado de respirar, pisar, besar, conocer... excrementos a la vuelta de la esquina.
En cada poema hay que morir un poco, si no, no merece la pena. Y sobrevivir, y levantarse cada día es una nueva vida y mañana será mejor si hoy no fue un buen día.
Para mí, lo más difícil es hacer vida normal como si no os contara mis sensaciones más profundas, pero de momento prefiero vivir escribiendo un poco, sólo porque a alguien le hace bien leerme.


Debemos aplaudir a Antonio Vega, darle las gracias por su dedicación y desearle suerte en el trayecto."

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Tú mismo

Volverán a las calles otrora caminos, mañana quién sabe... el vértigo de estarse quietos, cuando el mundo que gira te ponga en aprietos...