01 agosto 2008

Todo llega y todo pasa


Llegó el día D, todo llega y todo pasa
De vez en cuando me pregunto qué habrá sido de la peluquera de la bicicleta.
Recuerdo que vino un día a trabajar cerca, que fumaba tabaco de liar y que se me quedaba mirando con la misma media sonrisa que utilizo yo para hacerme el interesante y que pocas veces me ha resultado altamente productiva en el sentido sentimental, sin embargo sí que he conseguido dolorosos apretones de mofletes, los mismos que te da la temible tía a la que sólo ves en bodas y comuniones.
Hablamos poco, digo poco porque me hubiera gustado conocerla, invitarla a un café habría bastado, pero la triste realidad es que aparte de esas miradas que todo lo decían, sólamente nos dirigíamos la palabra mientras ella esperaba a que abrieran la peluquería. Me la encontraba sentada en el poyete; esos días yo siempre llegaba tarde y ni siquiera recuerdo el contenido de nuestras breves charlas, seguro que eran del tiempo, sí, así debe ser, ella destilaba un olor suave de canela al hablar, seguramente por la vaselina de sus labios que brillaban lo mismo los días de sol que los de lluvia.
Me dijo que se iba con su bici a hacer el camino de Santiago, a mí no me entusiasma la idea pero supongo que llega un momento en la vida en que te vuelves a plantear muchas cosas y quizás otro momento posterior en el que envías todo al carajo dejando atrás los principios y la moral que te han servido para tener una existencia más o menos estable. Llegan esos momentos en los cuales hay que arriesgar, jugárselo todo a doble o nada, a ese tipo de personas yo las llamo vencedores, porque tienen el suficiente valor como para hacerlo, a sabiendas de que pueden quedarse sin nada. A ese tipo de personas no puedo llamarles vencidos sino románticos, sí, suena mucho mejor y es más acorde.
El caso es que no tuvimos mucho trato, a veces sueño en una cabezadita del metro con encontrarme a viejas gentes del pasado que tuvieron una leve estancia en mis días, pero que con poco hacían que ya mereciera la pena, me abstraían del tedio, con un ligero comentario me elevaban el ánimo hasta niveles de alcanzar el valor para afrontar el resto. Por eso prefiero viajar en autobús, en el metro nadie conoce a nadie, me gusta el tránsito en las estaciones, con los viajeros repletos de maletas y de algún lugar adonde ir. El pasado domingo nos vimos en la estación sur de Méndez Álvaro, yo subía la escalera y ella bajaba, tardamos en reconocernos pero no pudimos hacer nada más que mirarnos otra vez. Suelo estar atento, una vez recogí a un niño que iba a la muerte, se escapó mientras los padres hablaban y echó a correr directo a la calle princesa, la trayectoria que llevaba era letal y encima con la marquesina de la parada de autobús los coches no lo hubieran visto, yo lo vi y me tiré por él, me cargué el mp3 pero poco importa, los padres me daban las gracias en mitad de una crisis de ansiedad y el niño lloraba sin entender la escena. Yo me fui pensando que me habían jodido el videoclip que yo mismo me iba imaginando instantes antes.
Suelo estar atento como cuando vienen a hacerse la prueba del grupo sanguíneo, sé que las lancetas de metal producen al entrar una sensación extraña y que el mareo es inminente, ayer volvió a pasar, salí corriendo a por el chaval lo agarré del brazo y lo senté, o como aquella vez que veíamos un Madid-Valencia en el bar la Pomarada, sabía que una de las superhermanas había dormido poco, lo mismo que duermen los amantes cuando llevan tiempo sin verse, cuando la noche es pasión, cigarrillos y vasos de agua. Sabía lo raro que era quedarse en camiseta de tirantes en pleno Noviembre, Victor pensó que era para impresionarle pero una vez más yo aparté a la gente y justo cuando caía derecha hacia el barril de cerveza logré cogerla casi al vuelo. Aunque esta vez y no sé por qué motivo no nos dijimos nada al cruzarnos en las escaleras mecánicas, quizás todo se reduzca a que dudamos seriamente a cada paso que damos, a la inexistente diferencia que estimamos entre un sí y un no. Sí,” todo llega y todo pasa, pero lo nuestro es pasar…”, Trataré de estar atento.

5 comentarios:

R. dijo...

El tedío y el calor me han dado excusas suficientes para crearme una cosita de estas.
a) Asi no me confundirás con otros ánonimos que te firmen.(Primera excusa)
b) Me acabo de percatar que me tienes en links, cosa que me ha halagado tremendamente.(Segunda excusa)
c)Asi me mantendré más activa y pasaré por el atajo más a menudo. (Tercera excusa)

Besos Javi.
Madrid es demasiado caluroso, y desprende soledad de la mala, de la seca y poco interesante.
Espero que cuando vuelvas de tus vacaciones me escribas una carta(con sello) porque hablar por telefono me da vergüenza.

kief dijo...

creo que es demasiado tarde pero nunca estoy de vuelta! mañana he de ir a madcity y me encantaría que me acompañes a buscar una habitación acorde con mis posibilidades, no cumplo promesas pero conozco el palentino para comer, el baires café en chueca, el cine renoir de la plaza de los cubos, y si todo se tuerce siempre nos quedará la pomarada, el champú en seco de Klorane y las camisas que tanto nos gustan, un beso peque :)

Lucía Inthesky dijo...

Yo llevo once años intentando encontrar a un chico con el que crucé cientos de miradas pero jamás una palabra, y al que dedico cada 25 de febrero, religiosamente una entrada en el fotolog. Desde luego a nadie le importa, y él no se acordará de mí. La última vez que le vi yo tenía dieciocho años, nos cruzamos en mi calle de León y ninguno fue lo suficientemente valiente para acercarse a decir un simple Hola.
Me juré a mí misma que si volvía a encontrármelo, no habría excusa posible para no hacerlo, pero entonces se debió de mudar de ciudad y le perdí la pista por la península.
La vida es corta, y hay veces que hay que lanzarse como cuando tú te lanzas a salvar a un niño en la calle Princesa. Yo nunca llegué a tiempo, pero sigo conservando la esperanza...
Por lo demás, espero que todo te vaya bien, que encuentres habitación pronto y pases unas buenas vacaciones...
Te sigo debiendo una receta, que sí, que me acuerdo...
Besos

Anónimo dijo...

yo soy de las q el tercer dia saluda! una persona se tranforma en parte de tu camino diario como la tienda de la esquina,el cartel q ya nadie lee..etc si pienso que esa persona no piensa como yo..pienso poco!asi que saludo y siempre hay rspuesta casi siempre mas agradable de lo que espro..aunq siempre es mas interesante y fantasiosa la imaaginacion y dejar que la mente se fabrique aquel pequeño sueño diario que nunca alcanzaras si no habres la boca!!

un beso..desde la vuelta a la realidad de cada dia..

kief dijo...

muy cierto lo que dices amiga amarilla, quizás la imaginación es más poderosa, siempre nos la traemos con el juego este, como dice sabina "no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió". me gustaría conocer a la chica de la agencia de viajes,cada mañana está ahí, la veo 5 segundos y con eso me vale, creo que mantenemos una relación sólida, jamás discutimos por nada, incluso hace que el café calderilla del Macetero tenga un sabor más agradable, y "eso es más de lo que hubiera imaginado para mí en esta vida" como dice Nacho Vegas. Besos

en cuanto a ti, mi querida miss, somos un poco Amelie ciertamente, es muy noble por tu parte que celebres esto, aunque la falta de información a veces nos hace más felices, está bien que nunca pierdas la esperanza. Espero que estés descansando también, disfrutando de los tuyos, afinando la voz porque yo seré el cuarto que te invite a cantar de nuevo, que te tomes una birra en la Molly a mi salud, y por la receta no te preocupes, te puedo falsificar una, o poner un 2 en el libro recetario, con los tratamientos "clónicos" no hay problema. Besos

Tú mismo

Volverán a las calles otrora caminos, mañana quién sabe... el vértigo de estarse quietos, cuando el mundo que gira te ponga en aprietos...