20 mayo 2010

Porque sueño, no lo estoy

Me confesaste que era el chico de tus sueños,

quizás era así... cuando dormías.


Pero te creí

y me lancé resbalando al vacío,

intentando caer blandito, intacto y cobarde.


Olías a talco

y al champú en seco que te regalé...

el día de tu dieciocho cumpleaños.


Me bastó...

hasta que me dijiste una tarde en el césped:

"eres demasiado joven para dar consejos de viejo".


Entonces entendí que todo lo importante

es bailar contigo,

o como mucho susurrarte... entre canción y canción

un tango al oído.

No hay comentarios:

Tú mismo

Volverán a las calles otrora caminos, mañana quién sabe... el vértigo de estarse quietos, cuando el mundo que gira te ponga en aprietos...