
La sicóloga llegó a la conclusión de que todos mis fracasos sentimentales eran debidos a que comparaba a cada nueva mujer con la única chica de la que he estado perdidamente enamorado. Mira si han pasado años desde que tuvimos lo que tuvimos, que no fue mucho pero fue suficiente para marcarme. No te voy a culpar amiga mía, ambos sabemos lo que hay, tal vez si en aquel momento yo hubiera sido más maduro, te habría olvidado sin problemas, jamás habríamos tenido la fraternidad que nos procesamos y puede que nunca hubiera empezado a escribir, porque volviendo al génesis, el primer poema fue para ti y muchos más… , me enseñaste a buscar la belleza en las cosas y en las palabras, me animaste para que no abandonara el vicio más sano que tengo, desde tu inspiración hasta convertirlo en un camino sin vuelta atrás, tal como planeaste seguramente. Yo no te menciono en los créditos, sino en varias partes del libro de manera escondida y sutil; alguna tarde nos cruzaremos en NY, tal vez en el edificio Dakota dejándole unas flores a John Lennon , tomaremos unas cervezas y te confesaré todo esto y más en la cama de tu hotel, fumando un cigarrillo de después, apurando hasta la salida de tu vuelo.
Volviendo al romanticismo de las cartas te recuerdo, fueron algunas, en papeles amarillos, roídos por los años, yo sudaba escribiéndote en los veranos que tanto odiaba, por el sol, por no verte cada mañana en el instituto, buscando adjetivos, adulando tus virtudes, echando de menos tu risa siempre hacia atrás, tu sonrisa cómplice y las guerras de miradas que siempre ganabas con suma facilidad. Desde que irrumpiste en mi vida empecé a soñar de nuevo con que otro mundo era posible, un mundo tuyo, mío y nuestro, soñé como John Lennon, ¿recuerdas?, te escribía Imagine en nuestra correspondencia, ponía remitentes falsos e incluso cambiaba el remite en el remitente y viceversa, te hablaba de ídolos como tú que mantenían mi interés despierto y menos arruinado. Estaba realmente loco, y lo sigo estando, loco por ti entonces y ahora... bueno ahora es otra cosa, ahora estoy demente, en el sentido más sano de la palabra.
Fracasé, quizá no conseguí el objetivo de pasar más tiempo a tu lado, y aunque cada dos años escapas de mí a un país más lejano, me enorgullece saber que aún nos queremos y mucho…, nos queremos lo suficiente para decirnos- me gustaría sólo abrazarte hasta quedarme dormido-. Uno no pierde la esperanza de que quizá algún día… pase lo que pase, pase de verdad. También soy consciente la mayor parte del tiempo, y me veo casi casi como el coronel de García Márquez esperando una carta toda una vida. Bah, habrá merecido la pena, “el espectáculo debe continuar…”
Un Jack Daniel´s doble, sin agua, por favor
¿No tendrá un Almax también?