
a este lado de la sombra ya no importa,
tu latido parado por la tormenta
mi espíritu me ha dejado por otra.
Disculpen la osadía de peligro no tocar
jugar cada momento es ofrenda delicada,
defensa y ofensa sin término medio
¡… si al menos dejases la mitad de tus besos!
Los besos duplicados que regalas por ahí
las cicatrices son promesas sin cumplir,
¿qué te vas a creer sin balbucear?
te he olvidado y no tiemblo cuando miras.
Pero si tan cerca hablas y respiras
creo que me inspiras aire de fuego
y quemarme quiero muriendo en el intento
vivir sin amar, ¡qué temible pesadilla!