A veces, tengo que pensar dos veces ya no la edad, sino cuál es mi nombre…
Cuando mi ocio es el vicio de dedicarme a tu ofrenda
Cuando espero sediento la próxima tormenta,
Cuando morir por amor es cuando te dejan
Cuando envidio a la sábana que cada noche te rodea.
Cuando pierdo todo lo que gano
Cuando le puede el quiero al puedo,
Cuando sonríes y no pides perdón
Cuando recuerdo todo lo que tenía olvidado.
Cuando dije lo que no dije
Cuando despierto y ya es de noche,
Cuando goleo en propia meta
Cuando me dan las gracias… de nada.
Cuando fumaba debajo del agua
Cuando te besan unos labios por sorpresa,
Cuando como, cago y duermo
Cuando en ningún sitio como en casa.
Cuando tu mano amansa a la fiera
Cuando el cielo se reduce a una cama deshecha,
Cuando las estrellas son las velas que se apagan al alba
Cuando tu perfume queda impregnado en la almohada.
¿Cómo acertar cada palabra, cada mirada, cada hecho, cada momento? ¿Cómo explicarte cuando me dices que estoy serio que sonrío por dentro? ¿Cómo ganarle tiempo al tiempo y gritar en silencio todo esto que siento? ¿Cómo ser ser humano y que la paz destruya sin violencia las guerras? ¿Cómo hacer reir hasta llorar a este mundo ya sin sentimientos?
02 agosto 2009
01 agosto 2009
Alma Gemela

No te encontré en los anuncios de televisión
Ni en la barra del bar El Edén,
Y en las ojeras del metro no me senté a tu lado.
Siempre ibas… caminando por la otra acera
Y yo en la terraza, entretenido con los hielos machacados del mojito,
Pensando en plantar hierbabuena y en comprar un almirez.
Entonces creía que el mundo tenía el sentido de una caricia por el vello de mis brazos,
Aún dudo si éstas manos son las mías.
No puedo volar como un albatros
Ni observarte bostezar desde el acantilado,
Sólo alcanzo a frotarme las legañas y morir
Desesperadamente, por el primer trago de agua del amanecer.
Aquí, a veces te hallé, pero seguías durmiendo o ya estabas levantada
Y jamás, preparándote un café.
No mesaste mis pellejos como los viejos pensadores sus perillas,
No era ésta una filosofía de vida, pues sobraba
El sudor de las lágrimas y la mala sangre... de las heridas que no cicatrizan.
No te imaginé en los libros pero te persigo en las novelas policiacas,
No te vi en los desfiles de moda pero me saludas en las peluquerías
Y sorprendentemente, la cajera del supermercado, hoy fue casi amable.
No voy a estar cerca de conocerte en las noches de verano
Pero después vendrá Septiembre, y en toda depresión ha de quedar una sonrisa.
No te distinguí cualquier día de Sol pero te espero…
Para atisbar el atardecer de un lunes nublado.
No te encontré alma gemela… en los conciertos multitudinarios
Pero es que además, no te estoy buscando. Me queda la música.
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