una cana más, un dudar si puedo,
un sí quiero muy a mi pesar
un da igual y otro deseo.
Cada decepción es una espera larga en un andén
sin viajeros,
un tal vez mañana sea como ayer
un rastro perdido de lo que quise ser,
un maullido de un gato de porcelana
un tortazo tras el beso robado,
una foto de la infancia… triste por lejana
una cicatriz que siempre maquillas,
un pésame de lunes, un llanto al fin y al cabo…
que añora las cosquillas.
Cada decepción dobla un cuarto la letra
borracha del escritor cursivo,
cuando el insomnio del búho hace guardia
en tus domingos más frágiles,
cuando de vuelta a casa, te crecen las fulanas
en vez de los enanos a la vuelta de la esquina
y la vida se disfraza para que no siga doliendo
cada madrugada… con las letras de Sabina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario