El búho nos espera
No te encontré en los anuncios de televisión
Ni en la barra del bar El Edén,
Y en las ojeras del metro no me senté a tu lado.
Siempre ibas… caminando por la otra acera
Y yo en la terraza, entretenido con los hielos machacados del mojito,
Pensando en plantar hierbabuena y en comprar un almirez.
Entonces creía que el mundo tenía el sentido de una caricia por el vello de mis brazos,
Aún dudo si éstas manos son las mías.
No puedo volar como un albatros
Ni observarte bostezar desde el acantilado,
Sólo alcanzo a frotarme las legañas y morir
Desesperadamente, por el primer trago de agua del amanecer.
Aquí, a veces te hallé, pero seguías durmiendo o ya estabas levantada
Y jamás, preparándote un café.
No mesaste mis pellejos como los viejos pensadores sus perillas,
No era ésta una filosofía de vida, pues sobraba
El sudor de las lágrimas y la mala sangre... de las heridas que no cicatrizan.
No te imaginé en los libros pero te persigo en las novelas policiacas,
No te vi en los desfiles de moda pero me saludas en las peluquerías
Y sorprendentemente, la cajera del supermercado, hoy fue casi amable.
No voy a estar cerca de conocerte en las noches de verano
Pero después vendrá Septiembre, y en toda depresión ha de quedar una sonrisa.
No te distinguí cualquier día de Sol pero te espero…
Para atisbar el atardecer de un lunes nublado.
No te encontré alma gemela… en los conciertos multitudinarios
Pero es que además, no te estoy buscando. Me queda la música.
No te encontré en los anuncios de televisión
Ni en la barra del bar El Edén,
Y en las ojeras del metro no me senté a tu lado.
Siempre ibas… caminando por la otra acera
Y yo en la terraza, entretenido con los hielos machacados del mojito,
Pensando en plantar hierbabuena y en comprar un almirez.
Entonces creía que el mundo tenía el sentido de una caricia por el vello de mis brazos,
Aún dudo si éstas manos son las mías.
No puedo volar como un albatros
Ni observarte bostezar desde el acantilado,
Sólo alcanzo a frotarme las legañas y morir
Desesperadamente, por el primer trago de agua del amanecer.
Aquí, a veces te hallé, pero seguías durmiendo o ya estabas levantada
Y jamás, preparándote un café.
No mesaste mis pellejos como los viejos pensadores sus perillas,
No era ésta una filosofía de vida, pues sobraba
El sudor de las lágrimas y la mala sangre... de las heridas que no cicatrizan.
No te imaginé en los libros pero te persigo en las novelas policiacas,
No te vi en los desfiles de moda pero me saludas en las peluquerías
Y sorprendentemente, la cajera del supermercado, hoy fue casi amable.
No voy a estar cerca de conocerte en las noches de verano
Pero después vendrá Septiembre, y en toda depresión ha de quedar una sonrisa.
No te distinguí cualquier día de Sol pero te espero…
Para atisbar el atardecer de un lunes nublado.
No te encontré alma gemela… en los conciertos multitudinarios
Pero es que además, no te estoy buscando. Me queda la música.
2 comentarios:
busca en los domingos tal vez... pero buscar... para que?
es verdad, no hay que buscar sino encontrar. un beso
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